domingo, 30 de diciembre de 2012

Con ganas de una mujer...



Con ganas de una mujer...

La noche que me tortura con sus deseos femeninos, son como la Luna que no me habla, y por eso, no la miro. A veces. Como por despecho, como un niño sin dulces que saborear. Yo, un idiota, me mantengo aislado sin una mujer que abrazar. Mientras, ella; la Luna, no deja de sonreír y mirar, cómo ese pobre niño es incapaz de amar.


Roberto.-



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